Quería informarles que hemos subido a nuestro blog un registro casero de la disertación de cierre de Gui Bonsiepe durante el V Eladdi. La calidad técnica no es la ideal, pero me parecía que esa charla es un documento muy especial que justifica estas imperfecciones.
La dirección del post con la charla de Bonsiepe es:
Muchas gracias por haber organizado este encuentro.
Saludos desde Montevideo.
Andrés Parallada
SOBRE GUI BONSIEPE
Joaquim Redig
Traducción: Arq. María del Carmen Franchello
CURRÍCULO
Gui Bonsiepe estudió Diseño de Información en
Desde 1968 actúa como diseñador y consultor en el área de política industrial en América Latina (Chile, Argentina y Brasil).
Entre 1981 y 83 se especializó en interface design en un software house en California.
Entre 1993-2003 fue catedrático para interface design en
Vive y trabaja en Brasil y Argentina.
I. AGRADECIMENTO
Agradezco a la organización del quinto Eladdi la invitación a participar de este evento, y especialmente para hacer esta presentación de nuestro maestro, para mí un honor y una alegría.
Un honor porque lo considero la persona que más conoce a nuestra profesión, más capaz de detectar, evaluar y proponer soluciones para las cuestiones cruciales de nuestra profesión.
Y una alegría porque es un pensador que nos sirve de guía hace muchos años, y sobre el que, por eso, tengo mucho para decir.V Eladdi, Córdoba, Sept. 2010
II. BASE
Para nosotros diseñadores, la característica más significativa de Gui Bonsiepe sea tal vez su capacidad de responder a todas nuestras preguntas, a través de sus escritos, creando así una especie de barrera contra las distorsiones y amenazas que nuestra profesión viene sufriendo históricamente - antes de carácter político-ideológico, hoy de carácter estético-mercantilista.
Para la sociedad, es una alerta constante, persistente, de que el Diseño es un instrumento indispensable para enfrentar sus problemas de supervivencia en este planeta, en el ámbito de la cultura industrial.
Para mí, particularmente, es una base que me da soporte hace varias décadas. En los años 60 en la facultad, ya leíamos sus escritos en
III. TÉCNICA + POLÍTICA
A partir de los años 70, los libros de Gui Bonsiepe comenzaron a representar, para nosotros los diseñadores, la solución al conflicto -a primera vista insoluble- entre el Diseño comercial, dirigido a la industria, pero no siempre a las necesidades del consumidor, o mucho menos del medio ambiente, y su contrapunto, el Diseño así llamado alternativo, consecuencia ideológica de las revoluciones culturales que vivimos en los años 60, que buscaba productos menos nocivos, de bajo costo, artesanales, pero sin mayores exigencias técnicas, los que resultaban casi siempre objetos precarios, no confortables, y poco durables.
El Diseño alternativo era bien aceptado por aquellos que comprendían el Diseño solamente dentro de la frontera restringida del objeto, pero era inaceptable para aquellos que, como yo, querían utilizarlo como instrumento para la solución de los problemas materiales y de comunicación contemporáneos - lo que exige un nivel de capacidad técnica más allá de lo que ofrecía el Diseño alternativo.
Reiterando y dando continuidad a las ideas que recibíamos de
Su frase “la política no sustituye el trabajo técnico; el trabajo técnico, si, es indispensable para la realización de un proyecto político” se fijó en mi cabeza desde allí a mediados de aquella década, y me ha servido como estímulo para trabajar y seguir adelante.
Como dice en su libro, dictado en el 97, “Do material ao digital”, donde hay resignación no hay espacio para el Diseño.
Unir esas dos escalas de la profesión, esas dos funciones del Diseño, esas dos misiones del diseñador, era todo lo que necesitábamos, en un mundo radicalmente dividido en dos partes, dominado por antagonismos y disputas entre izquierda y derecha, entre desarrollo y subdesarrollo, entre riqueza y pobreza, entre ideología y alienación, - y entre el Diseño comercial y el Diseño alternativo.
Sus escritos de los años 70 fueron para mí un gran estímulo para escribir mi primer libro, “Sobre Desenho Industrial”, editado en 1977 por
Bonsiepe nos trae por lo tanto, además de lucidez, longevidad -lo que es fundamental, en una sociedad que, cada vez más, necesita oír lo que él tiene que decir.
IV. CONSISTENCIA Y DIGNIDAD
La ciudad de Rio de Janeiro comenzó la educación en Diseño en el inicio de los años 1960 en esta Escuela, que durante 10 años fue la única en Brasil. Mientras que en Rio se recibían cerca de
Naturalmente no hablo aquí de los arquitectos que se transformaron en diseñadores, como João Carlos Cauduro, allá en São Paulo, o Guillermo Gonzales Ruiz, aquí en Argentina.
Mientras que a mediados de la década 1970 ya se había formado un grupo de diseñadores profesionales en Rio, en São Paulo el Diseño era todavía una sub-profesión, sin carácter propio, sin conceptos, y por lo tanto sin espacio propio, aun cuando se localizaba en el centro industrial del país (solamente en esa década del 70 São Paulo comenzó la formación específica en Diseño).
Si para el arquitecto el Diseño es un accesorio, una cosa que él puede hacer, pero puede también no hacer, para nosotros diseñadores el Diseño es todo: si no hacemos Diseño, no hacemos nada, simplemente no existimos.
Tenemos por lo tanto un compromiso con nuestra profesión que ningún otro profesional que también hace Diseño es capaz de tener.
Bonsiepe nos ayudó mucho a alcanzar esta totalidad, en este trabajo difícil de consolidación del terreno, en el sentido de dar consistencia y dignidad a nuestra profesión, casi siempre incomprendida, cuando no totalmente desconocida.
En cualquier página de cualquiera de sus libros, los estudiosos y otros interesados encuentran elementos que permiten tomar conciencia del rol profesional, técnico, político, social y cultural del diseñador.
Ofuscado por el llamado post-modernismo -que como dice el, en el mismo libro, debería, por su esencia, llamarse “pre-modernismo”- el Diseño hoy es una profesión que no es más desconocida (por lo menos de nombre) pero es aún muy poco entendida por la sociedad y por los medios de comunicación, que no consiguen ver más allá de su superficie, de su dimensión formal y estética.
Al concentrar todo su valor en este espacio epidérmico, el Diseño fácilmente se transforma en sinónimo de futilidad o de banalidad y de lujo, ocultando tanto su carácter técnico como más aun su función política.
Bonsiepe nos ayuda a romper ese límite, a defender los embates a nuestra actividad, dejándonos ver con nitidez nuestro rol verdadero, o nuestros roles, frente a la sociedad.
V. LOCALIZACIÓN
Finalmente para nosotros latinoamericanos, y en especial sudamericanos, su presencia aquí no solo nos ayuda, sino sobre todo parece indicarnos que el futuro está a nuestro favor:
Si Bonsiepe salió de Alemania, donde todo comenzó, y vino a vivir en América del Sur, debe ser porque el encontró aquí el contexto ideal para las realizaciones que propone y pregona, que se proyectan hacia al futuro, como el mismo insiste en decir.
Somos por lo tanto, los diseñadores sudamericanos, doblemente privilegiados: somos privilegiados por su presencia entre nosotros, durante tantos años, y somos privilegiados por haber nacido en una región que necesita extremadamente de nuestro saber y nuestro hacer, y que presenta las condiciones técnicas y sociales necesarias para recibir y absorber nuestro trabajo.
Realmente, me parece que, en este continente, tenemos los ingredientes básicos para el desarrollo en el campo del Diseño:
1) tenemos recursos naturales en abundancia;
2) tenemos importantes recursos intelectuales en universidades y centros de investigación;
3) tenemos un inmenso mercado consumidor - potencialmente creciente, si tenemos capacidad y coraje para cuidar de nuestras cuestiones sociales, para que todos tengamos acceso a una vida sana, donde el Diseño pueda medrar (“vicejar”, en portugués);
4) tenemos un parque industrial amplio lo suficiente para que podamos por lo menos iniciar el proceso de atención en ese mercado;
5) tenemos nuestra rica formación cultural occidental, de origen europeo, amalgamada a las culturas nativas e inmigrantes;
6) y finalmente, al contrario de Europa, tenemos todo por hacer, esto es, tenemos un vacío ávido por ser llenado, un espacio abierto y ansioso para la experimentación y la invención.
Quizás Bonsiepe vino para el nuevo mundo porque nuestro laboratorio territorial y social ofrece las condiciones ideales para probar una metodología de trabajo cuyos resultados podrán ser útiles no solo para nosotros mismos sino también, quién sabe, para el viejo mundo, que nos inseminó con la propia idea de Diseño, y para todo el planeta.
Muchas gracias, Bonsiepe.
Y bienvenido.
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